2/6/12

03/06

6:00 (hora en que, supuestamente, me tenía que levantar para poder estudiar con paz, sin que nadie me moleste). 7:00. 8:00, ahora sí. Me siento en mi cama y vacilo unos cinco segundos sobre si ponerme zapatillas o no porque: a) Si no me las pongo, probablemente luego tenga frío, b) si me las pongo, haré ruido al caminar, y odio romper el silencio -para mi sagrado- de estas horas en  mi casa. Mientra vago por el pasillo hacia el baño, escucho el melodioso sonido de la lluvia... Me quedo un minuto quieta, plantada en medio del pasillo para gozar de esta música... Tras mi excursión al baño, me dirijo al salón. Enciendo la tele y me voy a la cocina. Vierto en una taza de medio litro leche y la pongo a calentar. Mientras abro els plástico de los Donut clásicos. Saco la leche del microondas y vierto en el dos cucharadas de café soluble. Me siento en el sofá: revoluciones, bancos, rescates económicos, algunas muertes, ETA,... Me digno a dar un mordisco al donut y, no encuentro diferencia alguna entre el clásico y el "moderno". Me bebo la taza de café como si no hubiese bebido ningún líquido en una semana. Me levanto del sofá y me dirijo a la mesa de estudio. Allí me espera mi compañero de fiestas, el libro de historia. Pero en lugar de abrir el libro, abro el portátil y, en efectivo, en un arrebato, me pongo a escribir... Pero ya basta de gandulear, Primo de Rivera, la II República, la Guerra Civil y Franco me están esperando, así que a estudiar!

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